Misión
Somos una congregación Cristocéntrica fundamentada en la Palabra de Dios, creados para alabanza de su Gloria, haciendo discípulos mediante la predicación del evangelio.
Visión
Alcanzar los perdidos con la predicación del evangelio mostrando a Cristo en nuestra manera de vivir.
CONFESION DE FE
SOBRE DIOS
Creemos. Afirmamos y enseñamos que Dios es uno en esencia y tres en persona: Padre, Hijo y Espíritu Santo (Mateo 28:19; 2 Corintios 13:14). Cada una de las tres personas tienen roles diferentes en todo el plan de Dios y merecen la misma adoración y obediencia. Coeternas y Coiguales en esencia, pero distintas en subsistencia.
Creemos, afirmamos y enseñamos que Dios existe. Adoramos al único Dios santo y de amor, que es eternamente Padre, Hijo y Espíritu Santo (Éxodo 20:1-6; Deuteronomio 6:4; Mateo 28:19) Creemos que Dios ha creado todas las cosas visibles e invisibles, ha traído salvación y vida nueva a la humanidad por medio de Jesucristo y sostiene activamente a la iglesia.
Creemos, afirmamos y enseñamos que no hay mas que “Un solo Dios” (Deuteronomio 6:4; 1 Corintios 8:4) Vivo y Verdadero (1 Tesalonisenses1:9; Jeremías 10:10) quien es Santo, Inmutable, Eterno, Inmortal, Inescrutable, Omnipresente, Todopoderoso ( 1 Timoteo 1:17; Salmos 90:2; Santiago 1:17; Malaquías 3:6; Genesis 17:1; Apocalipsis 4:8; Salmos 145:3) Creador y Soberano sobre todo el universo, que orquesta activa y pasivamente todo cuanto ocurre (Genesis 1; Hebreos 11:3; Colosenses1:16; Hechos 17:24; Lamentaciones 3:37-38).
Creemos, afirmamos y enseñamos que Dios padre ha elegido por gracia desde la eternidad pasada a quienes El tendría como suyos (Efesios 1:4-6). El salva de pecado a todos los que llama por medio de Jesucristo; y adopta como suyos a todos aquellos que han sido elegidos desde antes de la fundación del mundo (Juan 1:12; Romanos 8:15; Gálatas 4:5; Hebreos 12:5-9).
JESUCRISTO
Creemos, afirmamos y enseñamos que Jesucristo, la segunda persona de la Trinidad, es el Unigénito hijo de Dios desde la eternidad pasada y el único mediador entre Dios y los hombres (Isaías 42:1; 1 Pedro 1:19-20; Juan 3:16; 1 Timoteo 2:5). Como Profeta revelo al Padre perfectamente, y como Rey gobierna eternamente (Juan 14:7; Hechos 3:22; Hebreos 2:17, Salmos 2:6; Lucas 1:33). Creemos que El es la cabeza de la iglesia, el heredero de todas las cosas y el juez universal de la historia (1 Corintios 11:3; 2 Corintios 5:10; Hebreos 1:2).
Creemos, afirmamos y enseñamos que Jesús se encarnó, fue concebido por el Espíritu Santo y nació de María siendo aún virgen (Lucas 1:27,31,35; Gálatas 4:4), que teniendo igualdad y coeternidad con el Padre (Juan1:1,14; 1Juan 5:20; Filipenses 2:6) durante Su misión en la tierra se hizo semejante a los hombres, siendo al mismo tiempo verdadero hombre y verdadero Dios (Lucas 1:35; Colosenses 2:9; Romanos 9:5; 1 Timoteo 3:16). Con su encarnación, Jesús no perdió ninguno de sus atributos divinos, sino que solo restringió el uso de algunos de ellos, según la voluntad el Padre.
Creemos, afirmamos y enseñamos que Jesucristo es el agente y propósito de la creación, ya que todas las cosas fueron creadas por El, por medio de El y para El. (Juan1:1-3; 1:16).
Nos sometemos a Jesucristo como cabeza de la iglesia, su cuerpo (Efesio 1:22-23). Como miembros de su cuerpo, estamos en Cristo y Cristo vive en nosotros. Adoramos a Jesucristo como aquel a quien Dios ha exaltado y hecho Señor sobre todas las cosas. Él es Señor nuestro y Señor del mundo aunque éste todavía no le reconozca. Es el Cordero que reinara eternamente y para siempre (Hechos 17:31; Filipenses 2:11; Apocalipsis 5:12-14).
ESPIRITU SANTO
Creemos, afirmamos y enseñamos que el Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad. Al igual que el Padre y el Hijo existe desde la eternidad y ha estado operando y obrando desde entonces (Genesis 1:2; Isaías 44:3; Isaías 32:14-18; Hebreos 9:14).
Creemos, afirmamos y enseñamos que es a través del Espíritu Santo que somos regenerados y nacemos de nuevo (Juan 3:5-8) El es el dador de vida y es quien ha sido enviado a convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:7-8; 1Pedro 1:3, 23).
Creemos, afirmamos y enseñamos que el Espíritu Santo habita en el interior de cada creyente (1Corintios 3:16), santificándolo (Romanos 8:13) y guiándolo a toda verdad (Juan 16:13). Al hacer esto, el Espíritu Santo glorifica a Cristo, pues nunca busca glorificarse a si mismo (Juan 16:14). Junto a Jesucristo el Espíritu Santo distribuye dones espirituales a cada creyente por gracia de manera soberana, según su sabio consejo, con el objetivo de edificar el cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:4-7, 11; Efesios 4:1).
Por medio del Espíritu Santo fue creado el mundo, fueron inspirados los profetas y los que escribieron las Escrituras, fueron capacitados para ello los que siguieron la ley de Dios. Concibió María, y fue ungido Jesús cuando fue bautizado. (Salmos 104:30; Miqueas 3:8; Ezequiel 36:26-27; Lucas 1:35, 3:22).
Es por el poder del Espíritu Santo que Jesús proclamo las buenas nuevas del reino de Dios. Sano a los enfermos, acepto la muerte en la cruz, y fue resucitado de entre los muertos (Efesios 1:20-23).
EL HOMBRE
Creemos, afirmamos y enseñamos que Dios creo al hombre a su imagen, los formo del polvo de la tierra y les dio una dignidad única entre todas las obras de la creación. Los seres humanos han sido creados para relacionarse con Dios, para vivir en paz unos con otros, y para cuidar del resto de la creación. (Genesis 1:26-27; 2:7, 21-22).
Creemos, afirmamos y enseñamos que el hombre fue creado por Dios conforme a su imagen y semejanza, “varón y hembra los creo” (Genesis 1:26-27). Por lo cual, entendemos que la Biblia enseña la existencia de estos dos géneros únicamente.
Creemos, afirmamos y enseñamos que al ser el hombre creado a imagen y semejanza de
Dios, es un ser espiritual, moral, racional, emocional y con voluntad propia. Esto capacita al hombre para relacionarse con Dios y con los demás, para discernir el bien y el mal, para razonar, para experimentar emociones y para decidir su curso de acción dentro de los límites establecidos por Dios.
Creemos, afirmamos y enseñamos que Dios creo al hombre sin pecado, en libertad para escoger entre el bien y el mal, pero el hombre peco por decisión propia, manchando la imagen de Dios y esclavizando su voluntad al pecado (Genesis 3:6; 2 Timoteo 2:25-26). Por tanto, el hombre esa destinado a condenación eterna a menos que sea redimido por gracia, por la obra de Jesucristo y regenerado por el Espíritu Santo. Es decir, que el hombre natural no puede decidir salvarse a si mismo o aun elegir a Dios (Romanos 5:6, 8:7, 3:10-12; Juan 6:44, 65, 15:5; Efesios 2:1-5; Colosenses 2:13; 1 Corintios 2:14; Tito 3:3-5).
Creemos, afirmamos y enseñamos que, como consecuencia de la caída, el hombre experimento vergüenza, temor, perdida de la comunión con Dios y muerte física (Genesis 3:7-10; Efesios 2:1; Genesis 5:5) Ahora el hombres es enemigo de Dios (Romanos 5:10) y esclavo del pecado (Romanos 6:17); esta muerto en delitos y pecados (Efesios 2:1) y destituido de la gloria de Dios (Romanos 3:23), con una voluntad esclavizada y un entendimiento entenebrecido (2 Timoteo 2:26; Efesios 4:18; 2 Corintios 4:4).
LA BIBLIA
Creemos, afirmamos y enseñamos que toda la Escritura fue inspirada por Dios. Cada autor fue movido y dirigido por el Espíritu Santo (preservando sus personalidades y estilos diferentes) para escribir la Palabra de Dios, de tal forma que quedaron plasmadas libres de error en sus escritos originales (2 Pedro 1:20-21; 2 Timoteo 3:16). Su inspiración es considerada verbal, inerrante e infalible y es nuestra única autoridad en materia de fe y práctica, sus verdades son absolutas y eternas (Mateo 24:35). Las Escrituras constituyen el único estándar por el cual debemos medir todo lo que hacemos dentro y fuera de la iglesia (Hechos 20:32; Hebreos 4:12). Por esto afirmamos la idea de “Sola Scriptura”, como fue proclamada por los reformadores.
Creemos, afirmamos y enseñamos que la Biblia contiene 66 libros, 39 pertenecen al Antiguo Testamento y 27 al Nuevo Testamento, como ha sido reconocido desde la iglesia primitiva. El Antiguo Testamento: Genesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, Josué, Jueces, Rut, 1 Samuel, 2 Samuel, 1 Reyes, 2 Reyes, 1 Crónicas, 2 Crónicas, Esdras, Nehemías, Esther, Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantares, Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarias y Malaquías.
El Nuevo Testamento: Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Hechos, Romanos, 1 Corintios, 2 Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 Tesalonicenses, 2 Tesalonicenses, 1 Timoteo, 2 Timoteo, Tito, Filemón, Hebreos, Santiago, 1 Pedro, 2 Pedro, 1 Juan, 2 Juan, 3 Juan, Judas y Apocalipsis.
Creemos, afirmamos y enseñamos la autoridad de la Biblia, cuyas enseñanzas deben ser creídas y obedecidas, sin depender del testimonio de ningún hombre o iglesia, sino exclusivamente del testimonio de la Palabra de Dios (2 Pedro 1:19, 21; 2 Timoteo 3:16; 1 Juan 5:9; 1 Tesalonicenses 2:13).
LA SALVACION
La salvación es iniciativa de Dios. Creemos que Dios obra para liberar, santificar, redimir y restaurar un mundo dominado por el pecado. Desde el principio, el propósito de Dios ha sido crear un pueblo para habitar entre ellos y bendecirlos. La creación y toda la humanidad están sin esperanza de salvación, excepto por medio del amor y la gracia de Dios. El amor de Dios se demuestra en su totalidad en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo.
Convencidos por el Espíritu Santo, las personas dejan el pecado, encargan sus vidas a Dios, confiesan a Jesucristo como Señor y Salvador y se unen a la familia de Dios. Todo el que cree recibe a Cristo nace de nuevo y tiene paz con Dios y es llamado a amar a otros y a vivir en paz con su prójimo. Los que Dios salva, no viven para si porque han sido libertados del pecado y son llamados a una vida nueva.
Creemos, afirmamos y enseñamos que la salvación es el acto mediante el cual Dios, a través de su amor, misericordia y gracia, intervienen de manera soberana dando a su Hijo para liberar al hombre pecador de Su ira y permitirle posteriormente disfrutar de Su gloria y hasta llegar a ser coherederos con el Hijo de Dios. Esta salvación es otorgada por gracia, a través de la fe en Cristo, para la gloria de Dios (Efesios 2:8-9; Gálatas 2:21; Romanos 9:16, 11:6).
Creemos, afirmamos y enseñamos que la salvación tiene una dimensión pasada presente y futura. En el pasado nos justificó (Romanos 8:28-30), libertándonos de la pena del pecado (Romanos 6:23) y declarándonos justos (Gálatas 2:16, 3:10-14). En el presente, nos santifica, libertándonos del poder del pecado (2 Corintios 3:18) y formándonos progresivamente a la imagen de Cristo. Y en el futuro nos glorificara (1 Corintios 15:25-52; Filipenses 3:21), donde seremos libertados de presencia de pecado (Efesios 5:27).
Creemos, afirmamos y enseñamos que la fe que salva está depositada en la obra redentora de Cristo solamente “Solo Cristo”. Creemos que Jesús vivió una vida de perfecta obediencia y murió en sustitución nuestra como el Cordero de Dios, resucito como el Rey de Reyes y Señor de Señores, obteniendo así el perdón de los pecados y la justificación para todos aquellos que creen en su nombre (2Timoteo 1:9; 1 Pedro 2:24, 3:18; 1 Corintios 1:30, 15:3; 2 Corintios 5:4; Romanos 3:24-25, 5:6, 8:34, 14:9).
Creemos, afirmamos y enseñamos que hemos obtenido salvación por la voluntad soberana de Dios solamente y para su gloria solamente “Solo para la gloria de Dios” (Efesios 1:4-6; Juan 1:12-13, 6:44; Romanos 9).
Creemos, afirmamos y enseñamos que Dios nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de El (Efesios 1:4) “En amor nos predestino para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para la alabanza de su gracia que gratuitamente ha sido impartida sobre nosotros en el Amado” (Efesios 1:5-6; Gálatas 4:4-5; Romanos 8:17; Juan 1:12).
Creemos, afirmamos y enseñamos que, aunque la salvación es una decisión divina, el hombre es responsable de sus acciones, por lo cual dará cuenta a Dios por sus obras (Juan 3:36; 2 Corintios 5:10; Santiago 1:13-14).
LA IGLESIA
Creemos, afirmamos y enseñamos que la iglesia es la Asamblea de los santos que han aceptado la salvación por fe en Jesucristo. La iglesia es la nueva comunidad de discípulos enviada al mundo para proclamar el reino de Dios y para servir como anticipo de la esperanza gloriosa de la iglesia. La iglesia es el cuerpo de Cristo, tiene como vocación parecerse mas a Jesucristo, su cabeza, en su culto, ministerio, testimonio, amor, provisión mutua y en el orden de la vida común. (Efesios 4:13-15).
La iglesia es el cuerpo de Cristo y por tanto, no puede ser separada de El (Efesios 1:22-23, 4:15-16, 5:23; Colosenses 1:18, 1:24).
Creemos que la iglesia universal esta compuesta por creyentes que se congregan en iglesia locales a lo largo de todo el mundo (Hechos 8:1; 1 Corintios 16:19), en cumplimiento de la Gran Comisión, para adorar a Dios, proclamar su Palabra y contribuir al crecimiento de los santos hasta la plenitud de Cristo. Para esto, la iglesia lleva a cabo el discipulado, la adoración corporativa, la oración y la ministración mutua, con el propósito de estimularlos al amor y a las buenas obras (Hebreos 10:25). además, la iglesia esta obligada a cumplir con el llamado de proclamar el evangelio hasta los confines de la tierra (Mateo 28:18-20).
Creemos, afirmamos y enseñamos que la autoridad suprema de la iglesia es Cristo ( 1 Corintios 11:3; Efesios 1:22). Que Dios ha dispuesto de lideres en la iglesia para liderar y pastorear a su pueblo; estos son los Pastores y diáconos, quienes deben poseer un carácter irreprensible ( 1Timoteo 3:1-13 ). El termino Anciano, Obispo y Pastor es utilizado en las Escrituras indistintamente para referirse al mismo oficio. Estos lideres no se hacen, sino que son reconocidos por la iglesia en la medida en que el Espíritu de Dios los va levantando, equipando y confirmando para la obra del ministerio.
Creemos que los pastores son los lideres espirituales de la congregación y los diáconos tienen a su cargo asistir a los pastores y con la administración y la organización de la iglesia (Efesios 4:11-12; 1 Timoteo 5:17; Hechos 14:23; Hechos 6:4).
Creemos, afirmamos y enseñamos que el cuerpo pastoral está compuesto por un grupo de hombres llamados por Dios y confirmados por la congregación para fungir como pastores ( 1 Timoteo 3:1-13; Tito 1:5-9; 1 Pedro 5:1-5).
Creemos, afirmamos y enseñamos que la congregación debe de someterse a sus pastores de manera piadosa como ordena la Escritura, entendiendo que esos velan por ellos, sabiendo que un día tendrán que dar cuenta delante de Dios (Hebreos 13:7, 17).
Creemos, afirmamos y enseñamos que la iglesia ha sido llamada a ser santa y sin mancha (Colosenses 1:22) y se le ha dado la responsabilidad de proclamar la obra de redención, es decir, el evangelio y de dar a conocer la sabiduría de Dios como columna y baluarte de la verdad (Efesios 3:10-11; 1 Timoteo 3:15; Mateo 28:18-20; Apocalipsis 5:9; Hechos 14:23).
Creemos, afirmamos y enseñamos que la iglesia ha recibido del Señor Jesucristo dos ordenanzas que sirven como señal del Pacto de Gracia (Mateo 28:19; 1 Corintios 11:23). Estas dos ordenanzas son la Santa Cena y el Bautismo.
La Santa Cena fue instituida por Jesus la noche antes de ser crucificado (Mateo 26:26-30) para que fuese celebrada por creyentes bautizados por inmersión de manera regular con una frecuencia determinada por cada iglesia local, y como un recordatorio de lo que El haría por nosotros al dia siguiente en el Calvario (Lucas 22:19-20; 1 Corintios 11:26). Creemos que los elementos compartidos, el pan y el vino, son simbolizan el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo (1 Corintios 11:26-28; Mateo 26:29). Para la celebración de dicho recordatorio se siguen pautas establecidas en 1 Corintios 11:23-26.
Creemos, afirmamos y enseñamos que el Bautismo debe realizarse por inmersión, luego de haber creído en Cristo como Señor y Salvador. Lo hacemos como una representación de nuestra unión con El, al morir al pecado y al resucitar a una nueva vida. Cada creyente debe ser bautizado voluntariamente como testimonio público de su fe y no como via de salvación (Mateo 28:19; Efesios 2:8-9).
SOBRE LOS ULTIMOS TIEMPOS
Creemos, afirmamos y enseñamos que, el retorno de Cristo será personal, súbito, visible y en cuerpo (Mateo 24:44; Hechos 1:11; 1 Tesalonicenses 4:15, 5:1-10; Hebreos 9:28; Apocalipsis 22:7,12,20).
Creemos, afirmamos y enseñamos que nadie conoce el tiempo exacto de la venida de nuestro Señor (Mateo 22:44; 25:1-13). El creyente debe esperar con expectativa, gozo y entusiasmo el retorno de Cristo (Apocalipsis 22:20; Tito 2:12-13; 1 Corintios 16:22).
Creemos, afirmamos y enseñamos que el retorno de Cristo será precedido por señales de diferentes tipos (Mateo 24;32-39). De estas, la predicación del evangelio a todo el mundo anunciada por Cristo es clara y convincente (Mateo 24:14).
Creemos, afirmamos y enseñamos que habrá una gran tribulación (Marcos 13:7-8, 19-20; Mateo 24:15, 21; Lucas 21:20-24, Daniel 12:1), donde veremos la aparición del falso profetas (Mateo 24:23-24). Habrá señales en los cielos (Mateo 24:29-30), el levantamiento de una gran apostasía (@ Timoteo 3:1-5; Mateo 24:5,11) y la aparición del Anticristo (2 Tesalonicenses 2:1-10). Todo esto es solo el comienzo de dolores (Mateo 24:3-9). En algún momento durante este período, Israel experimentara un avivamiento masivo (Romanos 11:25-26).
Creemos, afirmamos y enseñamos que la Iglesia será raptada para unirse al Señor en las nubes (1 Tesalonicenses 4:13-18; 1 Corintios 15:51-54).
Creemos, afirmamos y enseñamos que el retorno de Cristo, los incrédulos serán juzgados para condenación eterna y los creyentes serán recompensados (Mateo 25:31-46; 2 Corintios 5:10; Apocalipsis 20:11-14).
Creemos afirmamos y enseñamos que habrá un reino de mil años (Apocalipsis 20:1-6; Isaías 11:6-11, 65:20). Que durante este período Satanás será atado; pasado este tiempo, será desatado y congregará a multitudes de incrédulos para hacer guerra contra el Señor (Apocalipsis 20:7-9). En esta batalla final, Satanás será derrotado para siempre y arrojado al lago de fuego y azufre, donde también estarán la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos (Apocalipsis 20:10).
Anhelamos la llegada de un cielo nuevo y una tierra nueva, y de una nueva Jerusalén, donde el pueblo de Dios no sufrirá hambre ni sed ni llanto, sino que cantara alabanzas: “Al que está sentado en el trono y al Cordero sea alabaza y honor y gloria y poder por los siglos de los siglos amen (Apocalipsis 21:1-2; 7:9-17; 5:13-14).
Nuestros diferentes servicios
DOMINGOS
9:00 a. m. – 11:00 a. m. Servicio de Adoración Presencial
MIÉRCOLES
7:00 p. m. – Estudios Bíblicos.
SABADOS
7:00 – 900 p.m. – Culto de los Jóvenes